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Presunta complicidad de Biden en la persecución contra un hombre que dijo haber tenido sexo y consumido drogas con Obama

Se trata de Larry Sinclair, quien ha sido blanco de hostigamientos por parte de figuras relacionadas con el partido Demócrata, incluyendo una orden de arresto firmada por el hijo del presidente Joe Biden. (Dibujo: NOVA)

Recientemente, el periodista Tucker Carlson conversó con Larry Sinclair, un hombre que desde 2007 afirma que en el año 1999 tuvo sexo y consumió cocaína con el ex presidente de los Estados Unidos, Barack Obama.

Sinclair relata que fue perseguido por el sistema político del Partido Demócrata luego de contar la historia públicamente, fue amenazado, extorsionado y recibió amenazas de muerte de su equipo de campaña en 2008.

La persecución a Sinclair también podría involucrar al actual presidente, Joseph Biden, quien por aquel entonces era compañero de fórmula de Obama, a quien secundaba como vicepresidente.

En este sentido, los vínculos del actual mandatario se relacionan con la intervención de su hijo Beau Biden, quien fuera fiscal general del estado de Delaware: en el 2008, luego de una conferencia que Sinclair diera en el Club Nacional de la Prensa, donde contó por primera vez con detalle todo esto, fue arrestado por la Policía de Washington D.C. mediante una orden de despachada por el primogénito de Biden.

En esta ocasión, durante la entrevista con Carlson, Sinclair comenzó relatando su primer encuentro con Obama, señalando que lo conoció en el área de Chicago en el año 1999. Él vivía en Colorado pero realizó un viaje a la ciudad de Illinois para ir a la ceremonia de graduación de un sobrino.

Luego de los festejos, tenía un día libre y Sinclair, que había contratado un servicio de limusina para moverse por la ciudad, le consultó al conductor, un tal Jameer Motwani, si conocía alguien que pudiera ayudarlo a “pasarla bien“, dejando en claro que tenía ganas de tener relaciones homosexuales.

Motwani, un hombre afroamericano, le dijo que sí, y lo recogió desde su hotel esa noche y se dirigieron a un bar de la ciudad en donde sería introducido a Barack Obama, quien en aquél momento era un desconocido legislador de Chicago.

Según se supo luego, la relación del conductor, Jameer Motwani, con Barack Obama, se remonta a que la compañía para la que Motwani trabajaba ofrecía servicios de remisería a Tony Rezko, un oscuro empresario que actualmente está preso por malversación de fondos, quien le financió las primeras campañas políticas a Obama.

Durante todo el tiempo que pasó con Sinclair, Obama siempre se refirió a sí mismo como “Barack” sin decirle su apellido, y en ningún momento le mencionó que era un funcionario de la Legislatura estatal.

No solo era una persona desconocida en aquella época, habiendo hecho solo campaña en el distrito de Hyde Park para ser electo, Sinclair vivía en Colorado y no tenía conocimiento de la política local, por lo que hubiera sido imposible que lo reconociera. Sin embargo, cuando Obama lanzó su primera nacional en 2004, para el Senado de los Estados Unidos, y dio su primer discurso en la Convención Nacional Demócrata en Boston, Massachusetts, que fue televisado y tuvo una repercusión inmensa en los medios, Sinclair lo reconoció.

Obama ganaría su banca en el Senado, con una campaña centrada en sincerar su pasado: en aquél discurso contó que su padre era un líder revolucionario en Kenya, que todos sus hermanos nacieron allá, que él estudió derecho pero que se dedicó a hacer política en la Facultad, y que durante toda su juventud fumó marihuana.

Sinclair le pareció divertida la situación y le comentó a sus amigos, quienes le dijeron que se callara la boca porque Obama solo había admitido haber fumado marihuana de joven, no cocaína o crack, ni tampoco dijo nada sobre las relaciones homosexuales, y esto le generaría fuertes problemas laborales.

En el año 2007, Obama se lanzó a la presidencia, y Sinclair, que se había mantenido tres años en silencio, trató de contactarse con el equipo de campaña de Barack Obama para hablar del tema, luego de haber discutido con gente acerca de la transparencia presentada por Obama en cuanto a su vida privada y el consumo de drogas.

Sinclair se contactó con la oficina del ex consejero del presidente de los Estados Unidos, David Axelrod, diciéndoles que Obama debía salir a aclarar que no solo había consumido marihuana si no drogas más duras, y que si no lo hacían él iba a contar su historia, pero no obtuvo respuesta de manera inmediata.

Por el contrario, unos meses después, recibió un extraño llamado de la campaña de Obama, para decirle que por favor no hablara de las relaciones homosexuales del entonces candidato a presidente.

Sinclair se sorprendió porque él solo les había contado sobre el consumo de drogas, pero su equipo ya sabía todo sobre las relaciones homosexuales, por lo que asumió que era un tema importante que querían esconder dentro de la campaña.

Poco después se enteraría que la persona de la campaña de Obama que lo contactó era nada más y nada menos que Donald Young, una de las personas más cercanas al ex presidente y su mano derecha en los primeros pasos de su carrera.

Young era el renombrado Director del coro de la Jeremiah Wright’s Church en Chicago a la cual Barack Obama acudía regularmente con su familia, y los rumores incluso de aquella época eran que ambos tenían una relación homosexual extramatrimonial.

Young le comunicó que la campaña presidencial de Obama no reconocería los hechos de uso de drogas y sexo homosexual que había tenido ocho años atrás, y le dijo que, “como alguien que sabe lo que pasó”, le recomendaba no hablar más del tema con nadie porque “su vida podría correr peligro“.

En diciembre de ese mismo año, luego de que Obama hubiera confirmado su candidatura a presidente, Donald Young fue encontrado asesinado misteriosamente en su departamento en la ciudad. Recibió 8 disparos en el cuerpo en lo que fue catalogado como una entradera para robarle, pero ninguna pertenencia fue robada de su casa.

Unos 16 años después, todavía la causa sigue abierta y no hay pistas acerca de quién o quiénes mataron a una de las personas más importantes de la campaña de Obama, uno de los casos sin resolver más importantes de la historia de Chicago.

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