Cuando la madre llegó al sur de la Florida, la obligaron a prostituirse. Y su hijo fue tomado como rehén por los acusados que hoy se encuentran bajo arresto.

"Nos enteramos del caso a través de una llamada anónima a nuestra línea directa de tráfico humano".

A partir de la llamada, se organizó una operación encubierta que terminó con el arresto de Luvin, quien enfrenta cargos de tráfico humano, secuestro, proxenetismo y retención de un menor, y su compañera de fechorías, Dunkelberger, quien enfrenta cargos de tráfico humano, secuestro, proxenetismo y prostitución, sostuvo la fiscal.

Dunkelberger fue quien contactó a la víctima por internet y le vendió una imagen glamorosa de Miami, donde podría ganar mucho dinero.

“Fue Dunkelberger, quien le compró el pasaje a la víctima y le dijo que se podía quedar en su casa. Lo que le ocultó fue que ella y Luvin iban a traficarla sexualmente”, dijo la fiscal.

Según Fernández-Rundle, durante la operación encubierta organizada por la policía, los agentes quedaron en un hotel con las dos mujeres.

Dunkelberger negoció los precios de los servicios sexuales que podría ofrecer la víctima a los agentes encubiertos. “En el momento de la conversación, la víctima se veía extremadamente incómoda”, reconoció la fiscal que vio las imágenes grabadas por los agentes.

Tras el arresto, la víctima confesó que ella vivía en un pueblecito de Oklahoma y que había experimentado una relación abusiva con el padre del niño y que tenía problemas económicos.

Horas después, la madre confesó que Luvin tenía secuestrado a su hijo. “En este momento, la investigación dio un giro de tráfico humano a secuestro de un niño”. El niño fue rescatado sano y salvo, gracias a la pericia de los agentes.

“Estos arrestos no hubieran sido posibles sin el esfuerzo combinado del equipo de tráfico humano y los distintos cuerpos de policía de la ciudad de Miami”.

Luvin se encuentra detenido en el Centro Correccional Turner Guilford Knight, donde deberá esperar el juicio sin derecho a fianza. Mientras que su compañera de fechorías, encerrada en el mismo centro penitenciario, el juez le impuso una fianza de 18.000 dólares.

La fiscal agradeció a la comunidad y la instó a colaborar con las autoridades “para poner fin al tráfico humano”. Si alguien tiene información sobre tráfico humano, puede llamar al teléfono anónimo 305-349-7867.