Finalmente, luego de cinco días el Pentágono decidió admitir que la internación de Austin se debía a la complicación de un procedimiento médico programado en el hospital Walter Reed, pero a su vez no especificaron a qué se debía en particular ni la gravedad de la situación.

Según se supo esta semana, no solo el público había sido prevenido de esta información, si no que al propio Joe Biden, presidente de los Estados Unidos, se le ocultó la información y se le mintió, diciendo que Austin estaba trabajando cuando en realidad no lo estaba.

En consecuencia del intento por ocultar el verdadero motivo por el cual Austin no se encontraba desempeñando sus funciones, en adición a cubrir el hecho que ni siquiera las autoridades estadounidenses estaban al tanto, diferentes versiones comenzaron a circular en las redes sociales.

Una de las versiones de mayor repercusión que surgieron (principalmente en Twitter) fue la teoría de que el Secretario de Defensa había sido asesinado en Ucrania a raíz de un ataque balístico ruso, ya que su última aparición pública había sido en dicho país. Tal fue la redundancia que la noticia tomó en las redes sociales que, según fue reportado, los mismos oficiales cercanos al gobierno ruso celebraron la hipotética muerte del secretario como un objetivo de guerra.

Finalmente, luego de varios días sin conocer de su paradero, el Pentágono anunció que el ministro se había sometido el pasado mes de diciembre a una cirugía para tratar un diagnóstico de cáncer de próstata, que según el mismo organismo afirmó, fue detectado a tiempo y con una evolución muy favorable.

A pesar del anuncio por parte del Pentágono buscando llevar tranquilidad acerca de la situación, el hecho de que ni el presidente Joe Biden ni el asesor nacional de Seguridad Jake Sullivan, se enteraran acerca de lo ocurrido hasta que en los pasados días sea anunciado por los medios, sembró aún más intriga entre la población estadounidense.

No obstante, a pesar de los cortocircuitos entre la administración de Biden y el Departamento de Defensa, la Casa Blanca ha expresado en reiteradas ocasiones que no evalúan bajo ninguna circunstancia reemplazar al actual secretario, ni tomar acciones de reprimenda frente a la situación.

Aún así, desde el entorno de Austin confirmaron que la situación se trató de un hecho fuera de lo ordinario y que no volverá a suceder, pero no explicaron por qué se le ocultó al máximo mandatario el estado de salud del funcionario.

Un tema a tener en cuenta es que Lloyd Austin es parte del “Grupo de los Tres“, que se refiere los tres funcionarios más importantes que tiene la Casa Blanca en estos momentos, quienes muchas veces toman decisiones en nombre del Presidente, dado su frágil estado mental.

Completan este grupo el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, y el secretario de Estado (Canciller) Anthony Blinken, quienes han creado una dinámica de trabajo en la que cada uno maneja una porción del Gobierno federal, pasando por arriba del propio presidente.

Austin, el “señor de la guerra“, quien viene de empresas contratistas de las Fuerzas Armadas, toma unilateralmente todas las decisiones vinculadas a la guerra en Ucrania y las operaciones en Medio Oriente, sin consultarle a Biden.

Sullivan se encarga de la seguridad interna del país, mientras que Blinken se encarga de la economía y de las relaciones exteriores. Esta dinámica ha llevado a que los tres funcionarios operen con total libertad y no verifiquen sus acciones con Biden, por lo que, según cuenta el diario POLITICO que investigó esta situación, en el área de Austin ni se les ocurrió que era importante informar al Presidente.

Cuando Austin fue hospitalizado en el inicio del año, la jefa de Gabinete del Pentágono, Kelly Magsamen, ya estaba enterada acerca de la situación, pero falló en trasladarle el conocimiento de la situación a la vicesecretaria de Defensa, Kathleen Hicks.

Hicks, quien responde a Biden, estaba de vacaciones en ese momento en Puerto Rico, y desde la cartera de Austin no querían que la mujer asumiera el control del Pentágono por los días que el Secretario estuviera hospitalizado, como lo demanda la Constitución.

En los días posteriores, le dijeron a la prensa que “Hicks desempeñó las funciones de secretaria de Defensa de forma intermitente durante sus vacaciones en Puerto Rico“, pero la realidad es que todo indica que Magsamen fue la que cumplió el rol de Secretaria de Defensa mientras Austin estuvo internado, sin darle el poder a nadie cercano a Biden.

Lo insólito de la situación es que el secretario de prensa del Pentágono, el mayor general Pat Ryder, aseguró que Magsamen no comunicó que su superior estaba hospitalizado e incomunicado a sus debido a que se encontraba con un cuadro gripal.

De acuerdo a la institución de salud Walter Reed, aclararon que el encargado de la Defensa estadounidense tuvo que ser ingresado al hospital luego de que haya sufrido un efecto secundario a base de la prostatectomía que se le realizó en diciembre y que gracias al “rápido y efectivo tratamiento que se le dio a su condición, evolucionó de manera favorable“, pero su prolongada ausencia y la falta de un claro traspaso de mando ha demostrado que la situación en el Pentágono es crítica.

Según ha informado John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, el presidente Biden y Austin mantuvieron el pasado sábado una conversación telefónica en la cual habrían aclarado la situación, y el portavoz a su vez comentó que el funcionario ya se encuentra nuevamente desempeñando sus funciones.