La muerte de Barnett se produjo en un momento crítico, justo cuando se disponía a prestar un testimonio condenatorio adicional contra Boeing.

Brian Knowles, abogado de Barnett, expresó el impacto de la pérdida de Barnett en sus allegados, destacando la importancia de las pruebas que se disponía a revelar.

Originario de Luisiana, Barnett se trasladó a Carolina del Sur, dispuesto a sacar a la luz las represalias de Boeing contra él por sus actividades de denuncia, que en su opinión habían dañado gravemente su carrera y su reputación.

Boeing ofreció sus condolencias tras la muerte de Barnett, extendiendo sus condolencias a su familia y amigos en medio de este difícil periodo.

Sin embargo, por debajo de estas condolencias, una controversia sigue ensombreciendo a Boeing, especialmente en lo relativo a sus protocolos de seguridad.

Denuncias del ex empleado a Boeing

A lo largo de sus más de 30 años en Boeing, Barnett denunció problemas críticos de seguridad, que persistieron incluso después de jubilarse en 2017.

Sus revelaciones incluían acusaciones de montaje a sabiendas de piezas defectuosas para cumplir los plazos y la sorprendente tasa de fallos de las máscaras de oxígeno del 787 Dreamliner durante las emergencias.

A pesar de informar de estas preocupaciones a la dirección de Boeing y a la Administración Federal de Aviación, Barnett se sintió marginado y sus advertencias desoídas.

En respuesta a las denuncias de Barnett, Boeing reconoció una inspección realizada en 2017 que reveló que algunas botellas de oxígeno no se desplegaban como se esperaba.

Sin embargo, la compañía refutó las acusaciones más amplias de fallos de seguridad generalizados.