El Departamento de Justicia observó importantes ganancias de ingresos para el servicio, lo que infligió un daño sustancial a los propietarios de derechos de autor de televisión.

Kristopher Dallmann, Douglas Courson, Felipe García, Jared Jaurequi y Peter Huber lanzaron Jetflicks en 2007. Utilizaban sofisticados guiones informáticos para extraer episodios de televisión no autorizados de sitios web piratas y subirlos a su servicio.

"Los acusados ​​operaban Jetflicks, un servicio de streaming ilícito que utilizaban para distribuir cientos de miles de episodios de televisión robados", declaró Nicole Argentieri, fiscal general adjunta principal de la División Penal del Departamento de Justicia.

"Su plan generó millones de dólares en ganancias criminales, al tiempo que provocó que los propietarios de derechos de autor salieran perdiendo. Estas condenas subrayan el compromiso de la División Penal de proteger los derechos de propiedad intelectual procesando los esquemas de piratería digital y llevando a los infractores ante la justicia".

El grupo se enfrentó inicialmente a cargos en 2019 por conspirar para violar las leyes penales federales de derechos de autor, que culminaron con su reciente condena.

Dallmann recibió condenas adicionales por blanqueo de dinero y tres cargos de delito menor de infracción penal de derechos de autor, lo que podría conducir a una pena máxima de 48 años de prisión.

Sus coacusados, García, Courson, Jaurequi y Huber, se enfrentan cada uno a hasta cinco años de prisión. Las fechas de las sentencias siguen sin determinarse.

La caída de Jetflicks representa los continuos esfuerzos de las autoridades por acabar con la piratería digital. Un servicio derivado, iStreamItAll, fundado por Darryl Julius Polo, antiguo miembro de Jetflicks, corrió una suerte similar.

La plataforma de Polo cobraba 19.99 dólares por acceder a una biblioteca de episodios de televisión obtenidos ilegalmente.

Se declaró culpable en 2019 de cargos penales por derechos de autor y blanqueo de dinero, recibiendo una condena de 57 meses de prisión y un decomiso de un millón de dólares.