“Nuestros conciudadanos han elegido al próximo presidente de Estados Unidos. Como siempre, el ejército estadounidense estará listo para llevar a cabo las decisiones políticas de su próximo comandante en jefe y obedecer todas las órdenes legítimas de su cadena de mando civil”, expresó Austin, quien prevé el fin de su gestión ante la falta de apoyo en el Partido Republicano.

A comienzos de este año, Austin, quien padece cáncer de próstata, protagonizó una polémica por su estado de salud. El 22 de diciembre de 2023, el secretario fue sometido a una prostatectomía y, aunque fue dado de alta, el 1 de enero regresó al hospital por una infección urinaria postoperatoria, siendo internado en cuidados intensivos. Lo controversial fue que, durante su hospitalización, la Casa Blanca no informó sobre la situación, dejando a las Fuerzas Armadas en una especie de vacío de mando, lo cual generó una reacción de ira en el Partido Republicano y llevó a Trump a exigir su destitución.

Consciente de la necesidad de un cierre de su mandato sin sobresaltos, Austin pidió en su misiva que sus subordinados mantengan un enfoque profesional, evitando involucrarse en asuntos políticos.

“Seguirán manteniéndose al margen de la arena política. Seguirán apoyando y defendiendo la Constitución y apoyarán a los países aliados y socios. Ustedes no son un ejército cualquiera. Ustedes son el ejército de los Estados Unidos, la mejor fuerza de combate del planeta, y seguirán defendiendo nuestro país, nuestra Constitución y los derechos de todos nuestros ciudadanos”, subrayó el secretario de Defensa, destacando su compromiso con la continuidad institucional del ejército estadounidense.