Una mujer de Florida fue condenada a cadena perpetua por el crimen de su pareja en un caso que conmocionó al país
En un impactante caso que dejó cicatrices emocionales en los familiares de la víctima y capturó la atención nacional, Sarah Boone, de 47 años, fue sentenciada este lunes a cadena perpetua por el asesinato de su pareja, Jorge Torres, quien murió asfixiado tras ser encerrado dentro de una maleta.
La condena fue dictada por el juez de circuito Michael Kraynick en Orlando, tras un juicio que duró diez días y culminó el 25 de octubre con solo 90 minutos de deliberación por parte del jurado. Boone rechazó previamente un acuerdo de culpabilidad que habría reducido su pena a 15 años, eligiendo enfrentar el juicio completo, que finalmente resultó en la pena máxima.
El trágico hecho ocurrió en febrero de 2020 en la residencia de la pareja en Winter Park, Florida. Según Boone, lo sucedido comenzó como un “juego” después de una noche de consumo de alcohol. En su testimonio, afirmó que Torres, de 42 años, se metió voluntariamente dentro de una maleta como parte de una broma, pero ella se fue a dormir, pensando que él podría salir por sí solo. Sin embargo, al despertar, lo encontró inconsciente dentro de la maleta.
La versión de Boone fue desmentida por pruebas irrefutables presentadas en el juicio. Detectives encontraron videos en el teléfono de Boone que mostraban a Torres atrapado dentro de la maleta, suplicando ayuda y afirmando que no podía respirar. En las grabaciones, se escucha a Boone burlándose de él, lo que los fiscales utilizaron para demostrar intención maliciosa. Además, el fiscal William Jay reveló que Boone golpeó a Torres con un bate de béisbol mientras él aún estaba dentro de la maleta, aumentando la gravedad de las acusaciones.
Durante la audiencia de sentencia, los familiares de Torres expresaron su dolor y condena hacia Boone. Victoria Torres, hermana de la víctima, manifestó con contundencia: "Sarah merece pudrirse en la cárcel. Ha causado dolor durante toda su vida". Estas palabras reflejaron el profundo impacto emocional que la tragedia dejó en la familia.
En su declaración final, Boone pidió perdón tanto a la familia de Torres como al propio Jorge, lamentando lo sucedido. "No quise que esto sucediera. Perdóname, Jorge. Perdóname, familia Torres", expresó entre lágrimas. No obstante, su pedido de disculpas no fue suficiente para mitigar el peso de la evidencia en su contra ni el impacto del crimen.
Este caso, marcado por una historia de abuso doméstico y consumo de alcohol, deja una lección profunda sobre la necesidad de tomar en serio los indicadores de violencia en las relaciones y buscar ayuda antes de que las tragedias lleguen a un punto irreversible.