Trabajadores agrícolas en California, muchos de ellos indocumentados, enfrentan una creciente preocupación ante la amenaza de deportaciones masivas anunciadas por el presidente electo Donald Trump para su segunda administración. Durante su campaña, Trump prometió implementar el mayor programa de deportación en la historia del país tan pronto como asuma el cargo el 20 de enero de 2025, utilizando incluso a las fuerzas armadas para llevar a cabo estas acciones.
Entre los afectados, una trabajadora agrícola que lleva dos décadas en el condado de Ventura y actualmente trabaja en la cosecha de fresas en Oxnard expresó su temor por las posibles deportaciones. La mujer, quien pidió mantener su identidad en el anonimato, resaltó las dificultades de su labor y el bajo salario que percibe, de 16 dólares por hora. "Si nos deportan, la situación en México es muy complicada, hay mucha violencia", señaló.
Estadísticas del Pew Research Center indican que en Estados Unidos hay alrededor de 11 millones de inmigrantes sin estatus migratorio legal. En California, cerca del 50 por ciento de los trabajadores agrícolas, aproximadamente 200.000 personas, son indocumentados. Estos trabajadores desempeñan un rol fundamental en la industria alimentaria del país, que depende de su esfuerzo para mantener la producción de alimentos.
Los agricultores advierten que la deportación masiva de trabajadores agrícolas podría causar el colapso del sistema alimentario de Estados Unidos, especialmente considerando la actual escasez de mano de obra en el sector. California, que aporta más de un tercio de las verduras y tres cuartas partes de las frutas y frutos secos consumidos en el país, sería particularmente afectada. La incertidumbre generada por estas políticas amenaza no solo a las familias migrantes, sino también a una de las principales economías agrícolas del mundo.