En realidad, era un sicario prófugo con un extenso prontuario, incluyendo el asesinato de un policía en El Salvador. Básicamente, la única lista de pendientes que tenía en su agenda era la de crímenes cometidos.

Este caballero del crimen tenía dos órdenes de arresto en su país: una desde 2020 por homicidio agravado y otra en 2021 por homicidio, conspiración y todo lo que haría sudar a cualquier abogado defensor.

Pero, como en toda buena telenovela de narcos, logró huir a Estados Unidos y se escondió en Seattle, probablemente pensando que las nubes y la lluvia lo harían invisible.

Mientras sus antiguos colegas de crimen ya estaban tras las rejas, Marín-Lozano jugó al fugitivo durante años hasta que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, para los amigos) le cayó encima.

Aunque no han revelado exactamente cómo lo atraparon, podemos asumir que la estrategia "quedarse callado y pasar desapercibido" no funcionó.

El director de ICE en Seattle, Drew H. Bostock, aprovechó la captura para recordar que su agencia no deja que estos casos pasen desapercibidos: "Este arresto resalta el importante trabajo que nuestros oficiales hacen a diario", declaró, lo que básicamente se traduce en: "Pensaste que podías huir, pero no contabas con nuestra astucia".

Ahora, Marín-Lozano se encuentra bajo custodia y en la fila para ser deportado. ¿Volverá a El Salvador a enfrentar la justicia? ¿Intentará otra escapatoria digna de película? Lo único seguro es que su sueño americano terminó en pesadilla… y en una celda de ICE.