Este último evento marca el décimo episodio eruptivo desde diciembre, según reportes del Observatorio de Volcanes de Hawái. Las erupciones anteriores han variado en duración, desde apenas 13 horas hasta ocho días, con pausas entre cada fase de actividad. En esta ocasión, la lava ha brotado del respiradero norte del volcán, formando columnas incandescentes de entre 300 y 400 pies de altura.

El fenómeno ha atraído a numerosos visitantes al parque nacional, donde pueden observar la erupción desde miradores especialmente habilitados. Ubicado a unos 320 kilómetros al sureste de Honolulu, Kilauea se ha convertido en un destino imperdible para quienes buscan presenciar de cerca la fuerza de la naturaleza.

Activo de forma casi continua desde 1983, Kilauea es uno de los seis volcanes activos en Hawái, entre los que también se encuentra el Mauna Loa, el más grande del mundo. Aunque menor en tamaño, Kilauea es el más dinámico y a menudo sorprende a los turistas que optan por recorridos en helicóptero para contemplar el flujo de lava desde el aire.

Por el momento, el volcán permanece en nivel de alerta de “vigilancia”, con un código de aviación en naranja. Las autoridades no han detectado cambios significativos en la Zona de Rift Este ni en la Zona de Rift Suroeste.