Acompañados por asesores y altos funcionarios, Trump y su vicepresidente, JD Vance, confrontaron a Zelensky en el Despacho Oval, exigiéndole mayor reconocimiento por la ayuda militar estadounidense. Trump fue directo al señalar que, sin el armamento provisto por Washington, la guerra contra Rusia no habría durado más de dos semanas y que Kyiv no está en una buena posición negociadora.

"Su pueblo es muy valiente, pero o hace un trato o nos salimos. Y si nos salimos, luchará por su cuenta", sentenció Trump, mientras Zelensky escuchaba en silencio.

El presidente estadounidense insistió en que el ejército ucraniano enfrenta una “escasez de soldados” y que “no está ganando” la guerra, aunque sugirió que aún tiene una oportunidad de "salir bien" del conflicto "gracias a nosotros". "Su país está en graves problemas", le dijo a Zelensky, quien solo atinó a responder: "Lo sé, lo sé".

El episodio, calificado como “un momento de tensión extraordinario y sin precedentes” por analistas, marca un punto crítico para Ucrania. Para Zelensky, este encuentro representaba una oportunidad clave para asegurar el respaldo de su principal aliado, pero terminó siendo una dura prueba diplomática y política en medio de la guerra.