La decisión de Schumer de apoyar la iniciativa generó un fuerte rechazo dentro de su propio partido, especialmente en la Cámara de Representantes, donde la oposición demócrata fue casi unánime. La votación dejó en evidencia las divisiones internas sobre la estrategia a seguir frente a Trump en su segundo mandato.

El presupuesto aprobado incluye un leve aumento en el gasto de defensa y recortes por 13 mil millones de dólares en programas no relacionados con el sector militar, en línea con las promesas republicanas de reducir el gasto interno.

Desde el bloque demócrata, calificaron la medida como “un cheque en blanco” para el presidente, argumentando que no impone límites a los recortes previamente aprobados por el Congreso.

El debate previo a la votación reflejó la disyuntiva dentro del Partido Demócrata, que pasó días evaluando si bloquear el proyecto y provocar el primer cierre del gobierno desde 2019 o ceder para evitar una crisis administrativa.

Finalmente, la decisión de una parte de la bancada permitió la aprobación del presupuesto, evitando así una parálisis gubernamental.