Los ataques ocurrieron en diferentes puntos del país:

• En Salem, Oregón, un sospechoso arrojó ocho bombas molotov contra un concesionario de Tesla. Al momento de su arresto, estaba armado con un rifle AR-15 con silenciador.
• En Loveland, Colorado, otro individuo intentó incendiar vehículos Tesla con explosivos caseros y fue capturado con materiales para fabricar nuevas bombas molotov.
• En Charleston, Carolina del Sur, el tercer acusado escribió mensajes contra el presidente Donald Trump en estaciones de carga de Tesla antes de incendiarlas.

Cada uno de los detenidos enfrenta cargos graves, con penas que van desde cinco hasta veinte años de prisión. Aunque Bondi calificó estos ataques como "terrorismo doméstico", ningún acusado ha sido imputado bajo ese cargo, ya que no existe como delito federal específico.

Por su parte, el CEO de Tesla, Elon Musk, anunció en X que la compañía ha reforzado la seguridad y activado el Modo Centinela en todas sus tiendas y vehículos. Esta función permite que los autos monitoreen su entorno y registren cualquier actividad sospechosa.

La ola de ataques ha encendido las alarmas, y las autoridades advierten que no se tolerarán más actos de violencia contra la compañía.