El incidente ocurrió la mañana del 28 de febrero, cuando personal de ICE ejecutaba cuatro órdenes de arresto en diferentes domicilios de Los Ángeles. En una de las propiedades, ubicada en el sur de la ciudad, se congregó un grupo de personas, algunas de las cuales lanzaron lo que el Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ) calificó como “comentarios hostiles”.

Ante esa situación, los agentes decidieron retirarse del lugar. Fue en ese momento, según el DOJ, cuando un vehículo Honda Fit ocupado por Torres y Jaime Flores se interpuso en el camino de los autos oficiales, bloqueando su paso en la intersección de la calle 61 y Broadway.

Además, el Departamento de Justicia acusó al automóvil de realizar maniobras peligrosas, como conducir en sentido contrario y frenar bruscamente frente a los vehículos oficiales, con la aparente intención de provocar un accidente. También se indicó que la pareja habría seguido a uno de los autos del gobierno durante casi dos millas, realizando maniobras agresivas entre el tráfico.

El arresto de Torres y Jaime Flores se concretó el miércoles 14 de mayo. En respuesta, organizaciones defensoras de los derechos de los inmigrantes denunciaron que se trata de una acción intimidatoria contra quienes luchan por la justicia social.

“Sabemos que, a lo largo de la historia de este país, quienes han defendido la justicia racial y social han sido blanco de persecución”, expresó Ron Góchez, activista e integrante de la organización Unión del Barrio, que monitorea los operativos de ICE y brinda información a la comunidad sobre sus derechos.

“No obstruimos ni obstaculizamos. Todo lo que hacemos es legal. La administración Trump no tiene derecho a mentir”, agregó el defensor.

Por su parte, el fiscal federal Bill Essayli acusó a la pareja de haber actuado de forma deliberada e irresponsable, poniendo en riesgo la vida de los agentes federales.