El detenido, identificado como Michael Gann, residente del barrio de Inwood, fue capturado el 5 de junio y enfrenta tres cargos federales: intento de destrucción de propiedad con explosivos, transporte de materiales explosivos y posesión ilegal de dispositivos destructivos. Cada uno de estos delitos contempla penas de entre 10 y 20 años de prisión.

Explosivos en el metro y zonas densamente pobladas

De acuerdo con los informes judiciales, Gann habría construido al menos siete artefactos explosivos improvisados utilizando productos químicos adquiridos en línea. Parte de estos explosivos fueron almacenados en la azotea de un edificio del SoHo, una de las zonas más concurridas de Manhattan.

Uno de los dispositivos fue arrojado a las vías del metro en el puente de Williamsburg, en Brooklyn, mientras el sistema estaba operativo. La intervención inmediata de las autoridades evitó que se produjeran heridos.

“La seguridad de los neoyorquinos es primordial”, sostuvo el fiscal federal del Distrito Sur de Nueva York, Jay Clayton. “Gracias a la rápida actuación de nuestras fuerzas del orden, nadie resultó herido. Esa vigilancia evitó sin duda una tragedia”.

Poco antes de su detención, Gann publicó un mensaje alarmante en redes sociales: “¿Quién quiere que salga a jugar como si no hubiera un mañana?”. Este tipo de expresiones, sumadas al hallazgo de los explosivos, reforzaron las sospechas sobre su estado mental y una posible intención de generar un ataque masivo.

Investigación y coordinación federal

El caso está siendo llevado por la Unidad de Seguridad Nacional y Narcóticos Internacionales de la Fiscalía Federal. Entre los encargados de la acusación se encuentran los fiscales adjuntos Jonathan L. Bodansky, Michael D. Lockard, Chelsea L. Scism y la fiscal especial Julie Isaacson.

“La colaboración entre agencias fue fundamental para evitar una tragedia”, expresó la comisionada del NYPD, Jessica Tisch, al destacar el trabajo conjunto con el FBI y la Fiscalía. “Actuamos a tiempo para frenar a un individuo que tenía en su poder dispositivos potencialmente mortales”.

Desde el FBI también se resaltó el valor de la respuesta coordinada. “La acción rápida de nuestras fuerzas evitó que alguien saliera lastimado”, declaró el subdirector Christopher Raia. “Este tipo de cooperación salva vidas”.

Gann permanece bajo custodia mientras la justicia federal evalúa su situación. Su destino será definido por un juez en el marco del proceso que ahora continúa en curso.