El vehículo, que también figuraba a nombre de la madre del exnovio, fue declarado pérdida total e “irreparable” por un taller de la empresa Goodyear.

De acuerdo con los documentos judiciales, Carlquist reconoció en un correo electrónico enviado a la madre de su expareja parte de los hechos: “Lo único que hice fue poner brillantina en las rejillas de ventilación y dañar el parabrisas. Ah, y la llanta”, escribió, aunque rechazó haber afectado el motor.

La acusada, que atraviesa un embarazo, aseguró que estaba “estresada” cuando cometió los actos de vandalismo y manifestó su disposición a pagar los daños, incluso ofreciendo su propio vehículo como compensación.

En un intento por frenar el avance judicial, el padre de la mujer habría contactado al exnovio para buscar una salida alternativa. En un mensaje de texto le dijo: “Está seguro de que pueden llegar a una mejor solución que Stephanie acepte un cargo por delito grave, para que nadie salga lastimado nunca más”.

Finalmente, Carlquist fue formalmente imputada por daños a la propiedad en primer grado, un delito grave en Kentucky. Tras abonar una fianza de 12.000 dólares, recuperó la libertad a la espera de su próxima audiencia en los tribunales.