Fingió su muerte en kayak, huyó con su amante y ahora lo condenaron a "un día de cárcel por cada día de vacaciones"

Lo que parecía un trágico accidente en un lago de Wisconsin terminó siendo un insólito plan de fuga romántica. Ryan Borgwardt, de 45 años, fingió su propia muerte mientras paseaba en kayak, desapareció durante 89 días y escapó a Europa del Este para encontrarse con una mujer que conoció por internet.
Su aventura, sin embargo, terminó mal: la justicia lo condenó exactamente a 89 días de cárcel, uno por cada jornada que estuvo “desaparecido”. Además, deberá pagar 30.000 dólares a las fuerzas de seguridad por haberlas hecho perder el tiempo en un operativo de búsqueda que incluyó a su familia llorando su supuesta muerte.
NEW: Married father sentenced after faking his own drowning and fleeing the U.S to live with his mistress
— Unlimited L's (@unlimited_ls) August 27, 2025
Ryan Borgwardt, 45, is believed to have staged his disappearance last summer to be with his mistress in the country of Georgia
He pleaded no contest to obstruction
Judge… pic.twitter.com/E8W7LdxDtO
Borgwardt desapareció el 11 de agosto de 2024 en el lago Green. Fingió un accidente volcando su kayak, pero en realidad había dejado preparada una bicicleta eléctrica, con la que pedaleó de noche hasta Madison. Desde allí, tomó un autobús a Detroit, cruzó hacia Canadá y finalmente voló hacia Europa, donde lo esperaba su nueva vida con una mujer de Uzbekistán.
El sheriff del condado de Green Lake, Mark Podoll, detalló que el fugitivo había planeado todo con minuciosidad: cambió correos electrónicos, transfirió dinero a cuentas extranjeras, sacó fotos de su pasaporte y hasta contrató una póliza de seguro por 375.000 dólares en enero, lo que dejó a las autoridades convencidas de que llevaba meses preparando la farsa.
La policía descubrió la verdad cuando notó movimientos en su pasaporte y suspendió la búsqueda. Finalmente, Borgwardt no fue extraditado y regresó por su cuenta, ingresando a la cárcel local en diciembre.
Antes de recibir su sentencia, el falso náufrago pidió disculpas por el dolor causado a su familia, aunque ni eso convenció al juez, que duplicó la condena que pedía la fiscalía para que “cada día de su desaparición tenga un precio en prisión”.
Su historia ya es comparada con una tragicomedia digna de Netflix: un hombre que fingió morir, engañó a su familia, huyó con su amante y terminó tras las rejas... cumpliendo una condena proporcional a sus “vacaciones de muerto”.