Ola de violencia en Minneapolis: dos tiroteos en campamentos dejaron 13 heridos en 12 horas

Minneapolis atraviesa un escenario de violencia descontrolada. En menos de medio día, dos tiroteos en campamentos de personas sin hogar dejaron al menos 13 heridos, cinco de ellos en estado crítico, lo que expuso la gravedad de la crisis de seguridad que enfrenta la ciudad.
El primero de los ataques ocurrió el lunes, cerca de las 11 de la mañana, en un campamento ubicado en East Lake Street y Stevens Avenue. Allí, cinco personas fueron alcanzadas por las balas, una de ellas en estado desesperante.
Diez horas más tarde, la violencia volvió a estallar a pocas cuadras de distancia, en la intersección de la avenida 28 Sur y East Lake Street. Ocho personas resultaron heridas en este segundo tiroteo, que generó escenas de caos y terror.
Escenas de horror en la noche
Según el relato de las autoridades, un policía fuera de servicio fue advertido por transeúntes que corrían despavoridos. Al llegar al lugar, los agentes encontraron a cinco víctimas tiradas en el suelo, entre ellas un hombre y una mujer dentro de carpas, ambos con disparos en la cabeza. Poco después, otras tres personas heridas llegaron por sus propios medios a distintos hospitales.
Se estima que en el ataque se dispararon al menos 30 balas. Varias de las víctimas siguen en estado crítico. Durante la emergencia, además, se produjo un incendio en una de las tiendas de campaña, que tuvo que ser sofocado por bomberos.
Investigaciones y sospechas de conexión
Aunque la investigación recién comienza, las autoridades admiten que los dos tiroteos podrían estar vinculados. Estos hechos se suman a una serie de episodios violentos que, en solo tres semanas, ya dejaron cinco tiroteos masivos en la ciudad.
El campamento donde ocurrió el segundo ataque llevaba meses bajo la lupa de la municipalidad. Funcionaba en un terreno privado, lo que complicó su desalojo, pese a las advertencias oficiales de que representaba un riesgo tanto para quienes lo habitaban como para el vecindario.
Los tiroteos marcaron una nueva jornada sangrienta en Minneapolis y dejaron en evidencia la vulnerabilidad extrema de los campamentos de indigentes, que se han convertido en escenarios frecuentes de violencia armada.