Por su parte, el enviado sí se reunió recientemente en Miami con Rustem Umérov, jefe del Consejo de Seguridad Nacional de Ucrania y principal interlocutor de Kiev.

El plan se inspira, según las propias fuentes, en el marco negociado previamente por Trump para un alto el fuego en Gaza. Sus 28 puntos estarían organizados en cuatro ejes: fin de la guerra, garantías de seguridad, seguridad europea y relaciones futuras entre EE.UU., Rusia y Ucrania.

Algunos de los detalles más delicados, como el estatus territorial en el este de Ucrania, no están del todo claros en el borrador, lo que ha despertado dudas sobre su viabilidad.

Desde el Kremlin, el portavoz Dmitri Peskov restó importancia públicamente al informe: dijo que “no hay nuevas propuestas que podamos comunicar” por ahora.

Mientras tanto, en el terreno, los combates continúan: se reportan ataques de drones y misiles en varias regiones ucranianas, poniendo en tensión cualquier intento de pausa diplomática.

Este plan secreto, si se concreta, podría redefinir no solo el final de la guerra sino también la arquitectura de seguridad en Europa y la influencia de Estados Unidos en Moscú y Kiev.