La tarea de Musk fue altamente polémica. Incluyó despidos masivos de empleados estatales, cancelación de contratos con proveedores, cierre o vaciamiento de oficinas y la eliminación de diversos programas de ayuda internacional. Las medidas generaron un fuerte rechazo tanto entre los sectores afectados como en el arco político demócrata.

Mientras el empresario difundía supuestos ahorros para el Estado y denunciaba la existencia de fraudes millonarios arrastrados durante años, el frente privado comenzaba a complicarse. Las acciones de Tesla se desplomaron en medio de una fuerte caída en las ventas de vehículos eléctricos, lo que impactó de forma directa en su fortuna personal.

Sobre el final de su paso por el gobierno, Musk aseguró incluso haber recibido amenazas de muerte vinculadas a las irregularidades que decía haber detectado en distintas agencias. Ese clima de tensión terminó por enfriar su relación con Trump, quien, cumplido el plazo, se limitó a agradecerle los servicios prestados.

Después de su salida de la Casa Blanca, el empresario pasó a cuestionar abiertamente las políticas del expresidente y llegó a tensar tanto el vínculo que amagó con lanzar un partido político propio, una iniciativa que por el momento quedó en pausa.

A seis meses de haberse alejado del gobierno, Musk habló del tema en un pódcast conducido por Katie Miller, exasesora de Trump, donde dijo sentirse conforme por haber cumplido con la misión que le fue encomendada. “Se detuvo una gran cantidad de financiación que no tenía ningún sentido, un desperdicio total”, afirmó.

Sin embargo, cuando fue consultado sobre si volvería a ponerse al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental, fue tajante. “En lugar de dedicarme a eso, debería haber trabajado en mis empresas”, reconoció.

El argumento no es menor. En un solo día, Musk llegó a perder 34.000 millones de dólares como consecuencia de la caída del valor bursátil de Tesla, a lo que se sumó la fractura política y personal con Trump, a quien, pese a todo, definió con cierta ironía como alguien con “un gran sentido del humor” y “naturalmente gracioso”.