Por el crimen están acusados Gabriel Williams, de 16 años, y Kimahri Blevins, de 14, quienes fueron imputados como adultos. La fiscalía confirmó que ambos enfrentan cargos por homicidio premeditado en primer grado.

La desaparición de la adolescente fue denunciada por su madre, Ashley Troy, al día siguiente del ataque. El 2 de diciembre, un transeúnte halló el cuerpo calcinado en el condado de Santa Rosa.

La identificación fue posible gracias al calzado y al patinete eléctrico encontrados en las inmediaciones, elementos clave para confirmar la identidad de la joven.

El caso provocó un fuerte impacto social a nivel local y nacional. Las autoridades señalaron que el ataque se habría originado tras un conflicto previo en redes sociales, donde la víctima habría intercambiado insultos con uno de los acusados semanas antes del crimen.

Mientras ambos jóvenes permanecen detenidos sin derecho a fianza y a la espera de juicio, los investigadores continúan analizando el móvil del asesinato. Una de las hipótesis apunta a un posible engaño de tipo romántico para atraer a la víctima hasta el lugar del ataque.

El brutal desenlace expuso, una vez más, la urgencia de abordar la violencia juvenil con políticas de prevención y respuestas concretas. La sociedad reclama justicia y medidas efectivas para evitar que crímenes de esta magnitud vuelvan a sacudir al país.