Judiciales y policiales
Inevitable destino

Les ahorró el trabajo: un condenado a muerte en Louisiana falleció antes de que lo ejecutaran

La ejecución estaba prevista para el 17 de marzo.

¡Ni la propia muerte quiso esperar su turno! Christopher Sepulvado, un hombre que pasó más de 30 años en el corredor de la muerte en Luisiana por el brutal asesinato de su hijastro, murió de causas naturales justo después de que se fijara su ejecución con gas nitrógeno. A sus 81 años, el destino le jugó una última broma macabra: el verdugo quedó desempleado.

Sepulvado fue condenado en 1993 por el aterrador asesinato de su hijastro de seis años, a quien golpeó en la cabeza con un destornillador y sumergió en agua hirviendo, todo porque el niño llegó a casa con la ropa interior sucia.

Desde entonces, el hombre pasó décadas esperando su fatídico final, que parecía inminente cuando las autoridades de Luisiana decidieron retomar las ejecuciones tras 15 años de pausa.

Pero antes de que el estado pudiera poner en marcha su nuevo protocolo letal, Sepulvado se les adelantó. Falleció en la Penitenciaría Estatal de Angola el sábado debido a complicaciones médicas, evitando así su programada ejecución del 17 de marzo.

Su abogado, Shawn Nolan, criticó duramente el intento de ejecutarlo, calificándolo de "bárbaro". "¿Atar a un anciano frágil y moribundo a una silla para obligarlo a inhalar gas tóxico? ¡Ni las películas de terror se animan a tanto!", dijo en un comunicado.

Mientras tanto, las autoridades de Luisiana, lideradas por el gobernador republicano Jeff Landry, siguen decididas a reanudar las ejecuciones a como dé lugar. Con métodos que van desde la electrocución hasta el polémico gas nitrógeno, el estado busca aplicar la justicia a su manera.

El caso de Sepulvado deja en el aire la pregunta: ¿logró engañar al destino o la muerte simplemente decidió hacer el trabajo primero?

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