Acusan a un papá de matar a su hijo al obligarlo a hacer ejercicios intensos por estar "muy gordo"
Christopher Gregor, de 31 años, está siendo juzgado por matar a su hijo de seis años, Corey Micciolo. El pequeño falleció en 2021 debido a las heridas por traumatismo contuso provocadas por un severo régimen de entrenamiento impuesto por su papá.
Gregor podría enfrentarse a cadena perpetua si es declarado culpable.
#TreadmillAbuseMurderTrial: The victim's mom gets emotional testifying to her six-year-old son's condition before he was allegedly killed by the father.#CoreyMicciolo's teacher also took the stand to explain the bruises she would see on the boy.#CourtTV - NJ v.… pic.twitter.com/oOYUrrDFyI
— Court TV (@CourtTV) May 2, 2024
El caso saltó a la luz pública cuando CourtTV.com difundió imágenes vívidas del gimnasio Atlantic Heights Clubhouse donde Gregor le imponía estrictas rutinas de ejercicios a su hijo de seis años.
Declaraciones de la madre por la muerte de su hijo
Las imágenes mostraban a Gregor llevando a su hijo al límite, aumentando la velocidad y la inclinación de la cinta de correr hasta niveles muy superiores a las capacidades del pequeño, lo que provocó múltiples caídas y agotamiento físico del menor.
Bre Micciolo, la madre de Corey, ofreció un testimonio desgarrador sobre la lucha de su hijo por seguir el ritmo de castigo impuesto por su padre.
La madre del menor describió escenas en las que su hijo se caía y era levantado a la fuerza por Gregor, que incluso recurrió a morder la cabeza del niño como parte del castigo.
La situación se agravó cuando, días antes de su muerte, las lesiones de Corey fueron denunciadas a la División de Protección y Permanencia del Menor de Nueva Jersey por su madre.
Ante la insistencia de Bre, Gregor acabó llevando a Corey a ver a un médico el 1 de abril de 2021, donde el niño reveló que le obligaban a correr porque su padre pensaba que estaba "demasiado gordo".
La salud de Corey se deterioró rápidamente. El menor fue hospitalizado al día siguiente (2 de abril de 2021) tras experimentar dificultades para hablar, náuseas y problemas para respirar al despertarse.
Una posterior tomografía computarizada de urgencia provocó un ataque y, a pesar de los esfuerzos médicos inmediatos, no se pudo salvar la vida de Corey.