Backeberg desapareció el 7 de julio de 1962, cuando tenía 20 años y residía en la localidad de Reedsburg. Según relató la niñera de su familia, ambas viajaron haciendo dedo hasta Madison y desde allí abordaron un colectivo de la empresa Greyhound con destino a Indianápolis.

La mujer explicó que la última vez que la vio fue cuando Backeberg se alejó caminando, doblando una esquina cerca de la parada del colectivo.

Desde entonces, no se supo más nada de ella. “Nunca regresó a casa y no se ha vuelto a saber de ella”, decía un cartel de búsqueda difundido por el Departamento de Justicia de Wisconsin.

Durante todos estos años, los investigadores siguieron múltiples pistas, pero el caso fue quedando archivado sin avances concretos. Eso cambió a principios de este año, cuando el detective Isaac Hanson, del Departamento del Sheriff del Condado de Sauk, retomó el expediente.

Tras revisar todos los documentos y realizar nuevas entrevistas, logró ubicar una dirección vinculada a la hermana de Backeberg a través de una cuenta de genealogía en línea.

Hanson se puso en contacto con las autoridades del lugar correspondiente a esa dirección y les pidió que la visitaran. Poco después, recibió un llamado que confirmaba lo que tanto tiempo se buscó: Audrey Backeberg estaba con vida. “Hablamos durante 45 minutos”, contó el detective.

Las autoridades aclararon que su desaparición fue una decisión personal, sin relación con delitos o actos ilegales. Si bien los motivos exactos aún no están claros, Hanson mencionó que podría haber escapado de una relación abusiva. “Tenía sus razones”, señaló.

El sheriff destacó que este desenlace es resultado del compromiso sostenido del equipo de investigación y de la importancia de nunca abandonar los casos, por antiguos que sean.