De acuerdo con el informe oficial, Allman tenía en su poder objetos asociados al consumo de estupefacientes y 13,59 gramos de una sustancia cristalina que dio positivo para metanfetamina. En tanto, McCurry portaba parafernalia de drogas y aproximadamente 26,96 gramos de una sustancia que se sospecha es fentanilo.

“El sospechoso, McCurry, fue hallado con más de 26.000 miligramos de fentanilo, lo cual representa una cantidad suficiente para matar potencialmente a 13.000 personas”, advirtió la Oficina del Sheriff, remarcando la peligrosidad del opioide sintético, cuya dosis letal puede ser tan baja como 2 miligramos.

El caso se enmarca en una creciente preocupación por la expansión del fentanilo en Estados Unidos. La crisis ha generado fuertes reclamos de fiscales generales republicanos que exigen a la administración Trump medidas más duras para cerrar las brechas legales que permiten el ingreso de esta droga al país.

“La Oficina del Sheriff del Condado de Burke continúa comprometida con la seguridad pública, enfrentando activamente la actividad ilegal relacionada con las drogas”, indicó el comunicado. Las autoridades subrayaron además que la toxicidad del fentanilo depende de factores como la pureza de la sustancia y la tolerancia del consumidor.

Se confirmó que tanto Allman como McCurry estaban bajo libertad condicional al momento de ser detenidos. Por ello, se les negó la posibilidad de fianza y permanecerán bajo custodia hasta su próxima audiencia judicial.

“La investigación demuestra con claridad el enorme riesgo que representa el fentanilo para la comunidad y la importancia de mantener una vigilancia permanente y rigurosa”, concluyó la Oficina del Sheriff.