Elegido senador en 2010, Rubio ha adoptado posturas duras en política exterior, especialmente contra China e Irán. También ha tenido desencuentros con México, pues acusó al presidente Andrés Manuel López Obrador de proteger a los cárteles, lo que generó la respuesta indignada del mandatario mexicano, quien desafió a Rubio a respaldar sus acusaciones.

A pesar de haber sido un feroz rival de Trump en las primarias de 2016, donde incluso fue ridiculizado como "el pequeño Marco", Rubio terminó respaldando al magnate tras su triunfo y se convirtió en uno de sus defensores en el Senado. Este giro no pasó desapercibido entre los conservadores, quienes también han cuestionado su postura en materia migratoria, viéndolo a veces como demasiado tibio en el tema, algo que le causó problemas en el pasado.

Con experiencia en política exterior y habiendo sido miembro de la Comisión de Inteligencia y de Relaciones Exteriores del Senado, Rubio parece tener el perfil para cumplir con las expectativas de Trump. Su nombramiento, sin embargo, también podría reforzar una agenda de línea dura en las relaciones internacionales, particularmente hacia América Latina y Asia.