Regalo navideño con consecuencias fatales

Jennifer Crumbley y su esposo James fueron acusados de homicidio involuntario después de que supuestamente compraron el arma utilizada en el tiroteo como regalo de Navidad para su hijo.

Este caso es histórico en Estados Unidos, ya que es raro que los padres sean juzgados por los actos violentos de sus hijos.

Jennifer Crumbley acusada de negligencia

Los fiscales argumentan que los Crumbley fueron negligentes al permitir que su hijo tuviera acceso a un arma de fuego y no intervenir a pesar de las señales de advertencia de su comportamiento violento.

La fiscal Karen McDonald, afirmó que “las acciones de los acusados llevaron a la muerte de cuatro estudiantes inocentes”, citó Reuters.

Entre las pruebas mostraron mensajes desesperados de Ethan a su madre, expresando su paranoia e insomnio, que aparentemente pasaron desapercibidos.

Sin embargo, los abogados de la defensa sostienen que los Crumbley no sabían que su hijo suponía un riesgo.

El papel de la escuela

El día del tiroteo, la escuela convocó a Jennifer debido a las inquietantes ilustraciones de Ethan sobre violencia y muerte.

A pesar de las alarmantes señales de advertencia, no se tomó ninguna medida inmediata para intervenir.

La defensa sostiene que la escuela también tenía la responsabilidad de manejar el comportamiento de Ethan.

Después de que la defensa descansara su caso el 2 de febrero de 2024, el juicio ahora está en manos del jurado.

Dependiendo del veredicto, este caso podría cambiar la forma en que se manejan legalmente estas situaciones en el futuro, abriendo la posibilidad de que más padres sean considerados responsables de los actos violentos de sus hijos.