Johnson, representante republicano de Luisiana, se enfrenta a una moción de destitución apenas cinco meses después de haber asumido el cargo tras la notable destitución a mitad de mandato de Kevin McCarthy.

Greene introdujo su moción no como un punto privilegiado, que requeriría una votación en el plazo de dos días legislativos, sino como una moción ordinaria.

Este enfoque abre la puerta a que la moción sea potencialmente aplazada a un comité, un movimiento que podría llevar a su estancamiento.

Un nuevo líder para el Congreso

Greene admite esta estrategia, presentando su acción más como un mensaje de advertencia que como un esfuerzo inmediato para desbancar a Johnson.

"Es hora de que nuestra conferencia elija a un nuevo líder", declaró Greene, indicando el inicio de un periodo crucial más que un cambio brusco de poder.

La postura del presidente del Congreso: la oficina de Johnson mantiene su postura firme, afianzándose en su dedicación a la gobernanza y a los objetivos legislativos conservadores.

Lo que debes saber: la Cámara Baja está a punto de entrar en receso, lo que retrasa cualquier conflicto directo hasta su sesión de abril.

Las consecuencias de destituir a Johnson

La idea de sustituir a un presidente del Congreso conlleva importantes consecuencias, especialmente la posibilidad de un cambio en el liderazgo del partido.

El representante Matt Gaetz, decisivo en la salida de McCarthy, expresó su preocupación por la posibilidad de que un demócrata asuma el papel de portavoz, un escenario que prefiere evitar esta vez.

Esto refleja el delicado equilibrio dentro de la mayoría republicana, mostrando la cuidadosa elaboración de estrategias que hay detrás de tales mociones.