Arciniega-Sáenz decapitó a García y le cortó un dedo. Posteriormente, procedió a “jugar al futbol” con la cabeza de la víctima en el parque Apodaca de Las Cruces.

El acusado admitió haber arrastrado el cuerpo de García hasta el centro de la calle y jugado futbol con su cabeza, la cual pateó contra 14 autos diferentes en el parque.

La noche del ataque, un oficial encontró el cuerpo de García en medio de una carretera en el lado norte del parque, apuñalado y decapitado, a unos 10 metros de su cabeza.

Las autoridades encontraron a Arciniega-Sáenz con sangre seca en sus manos y un cuchillo ensangrentado en su posesión. Mientras los investigadores revisaban la escena del crimen, encontraron el dedo medio de García cerca de una huella de zapato junto a un charco de sangre en el parque.

En el Departamento de Policía de Las Cruces, Arciniega-Sáenz declaró durante el interrogatorio que no tenía hogar y que dormía en el parque Apodaca.

Relató a los investigadores que él, su esposa y García habían estado juntos cuatro días antes del asesinato, y afirmó que García había violado a su esposa cuatro años antes.

De acuerdo con el documento judicial, Arciniega-Sáenz dijo que los tres se quedaron dormidos y, al despertar, García se había ido con sus pertenencias.

Enfurecido, Arciniega-Sáenz localizó a García y lo confrontó, le quitó una navaja automática a la víctima y lo apuñaló repetidamente antes de decapitarlo, según indica la declaración jurada.

Arciniega-Sáenz fue declarado culpable de asesinato en primer grado por el brutal ataque contra García, por lo que se encuentra detenido en el Centro de Detención del Condado de Doña Ana.

El fiscal principal adjunto del distrito, Spencer Willson, quien desempeñó un papel clave en el procesamiento del caso, calificó el hecho como un gran día para la justicia y añadió: “Nuestra oficina sigue comprometida a trabajar diligentemente para hacer que nuestras calles sean más seguras, un caso a la vez”.