La mujer intentó alejarse entrando a la casa, pero Amaro la siguió y continuó insultándola. La situación escaló cuando la golpeó en el rostro con el puño cerrado mientras sostenía a su bebé de siete meses, provocándole heridas en el labio y un hematoma en la cara.

Posteriormente, el hombre la tomó del cabello y la obligó a subir a su vehículo bajo amenazas de muerte, apuntándola con un rifle de asalto. Como advertencia, llegó a disparar al suelo antes de arrancar el automóvil. Durante el trayecto, condujo de manera temeraria mientras seguía golpeándola, provocándole sangrado facial.

Inicialmente, Amaro aseguró que la llevaría a la casa de su madre, pero luego cambió de parecer y regresó a la vivienda de ambos. Al llegar, la obligó a recomponerse antes de entrar para no despertar sospechas en los niños. Una vez dentro, la sometió sexualmente a pesar de sus súplicas para que se detuviera.

La agresión continuó cuando la golpeó en el abdomen y le dijo que “sabía cómo deshacerse de un bebé”. La mujer, embarazada de nueve semanas en ese momento, sufrió dolor abdominal y sangrado debido a los golpes.

Días después del ataque, Amaro decidió entregarse a la policía con la asistencia de un abogado. Fue arrestado en febrero y trasladado a la cárcel de TGK, donde enfrenta cargos por secuestro con uso de arma de fuego, agresión agravada contra una víctima embarazada, abuso sexual y uso ilegal de un arma de fuego en un área municipal.

Las autoridades determinarán el monto de su fianza en las próximas audiencias, con excepción de un cargo menor que ya fue fijado en 150 dólares.