Los estafadores afirmaban falsamente que un pariente suyo estaba en la cárcel y exigían dinero para el rescate, amenazando con hacerle daño si no accedía.

Este escenario creó un clima de miedo y condujo a un catastrófico error de juicio cuando Hall llegó a la residencia de Brock en una tarea rutinaria asignada por su aplicación Uber para recoger un paquete.

Sin que Hall lo supiera, se adentró en una situación altamente cargada. Cuando se acercaba a la vivienda para recoger el paquete, las imágenes de la dashcam de su vehículo la muestran saliendo de su coche y dirigiéndose hacia Brock para preguntarle por la recogida.

Contrariamente al relato posterior de Brock al 911, en el que sugería que ella suponía una amenaza, el vídeo muestra claramente que Hall no hizo ningún movimiento amenazador.

La oficina del sheriff del condado de Clark, tras revisar las pruebas de la dashcam y las circunstancias del encuentro, puso a Brock bajo custodia.

Concluyeron que Hall no constituía una amenaza en el momento del incidente y que Brock no había pedido ayuda a las fuerzas del orden antes de recurrir a los disparos.