Según el informe oficial, tras perpetrar los ataques, el sospechoso intercambió disparos con agentes de policía antes de escapar. Su captura fue posible luego de que el FBI ofreciera una recompensa de 50.000 dólares por información que permitiera su localización. Contra él pesaban órdenes de arresto a nivel estatal, federal y nacional por homicidio y fuga para evitar el procesamiento judicial.

Boelter tenía un extenso historial vinculado a la seguridad. Se desempeñaba como director de patrullas de la empresa Praetorian Guard Security y había recibido entrenamiento militar especializado por parte de personal del ejército de los Estados Unidos.

En 2016, había sido nombrado miembro de la Junta de Desarrollo Laboral del Gobernador, un organismo encargado de asesorar al Ejecutivo estatal en materia de empleo.

Pese a no declarar afiliación política, Boelter solía expresarse públicamente en redes sociales, donde se definía como ministro cristiano, experto en seguridad con experiencia en Oriente Medio y África, y extrabajador de empresas del rubro alimenticio.

En una publicación en LinkedIn de hace seis años, pedía a los ciudadanos valorar el sistema democrático: “Si crees en la oración, por favor mantén a los Estados Unidos en tus oraciones”.

El caso conmocionó a Minnesota y sigue en investigación mientras las autoridades intentan esclarecer el móvil de los ataques.