Desde el Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) justificaron la acción señalando que parte de los manifestantes comenzaron a actuar con agresividad, arrojando piedras, ladrillos, botellas y fuegos artificiales.

La orden de desalojo alcanzó las calles Alameda y Los Ángeles, entre Aliso y Temple. Además, el LAPD anunció el cierre de todas las rampas de acceso y salida de la autopista 101 entre la calle Alameda y la autopista 110. Las fuerzas presentes incluyeron tanto al LAPD como al Departamento del Sheriff del condado de Los Ángeles.

Las manifestaciones, organizadas bajo el lema nacional “No Kings” (“Sin Reyes”), se realizaron en coincidencia con el Día de la Bandera, el 250 aniversario del Ejército estadounidense y el cumpleaños número 79 del presidente Donald Trump. La convocatoria en Los Ángeles fue una de las más multitudinarias del país.

Aunque la policía aseguró que hubo disturbios por parte de algunos manifestantes, desde la organización “No Kings” remarcaron su llamado constante a la no violencia y el respeto durante toda la jornada.

Según voceros del movimiento, solo en la región de Los Ángeles participaron más de 200.000 personas, mientras que el total de movilizados en todo Estados Unidos superó los 5 millones.

Las actividades oficiales de la protesta finalizaron alrededor de las 18 horas. Sin embargo, ante el desarrollo de los acontecimientos, la ciudad de Los Ángeles decretó un toque de queda a partir de las 20 horas, e instó a los manifestantes a retirarse antes de esa hora.