"He dejado instrucciones: si lo hacen, serán aniquilados, no quedará nada", agregó el mandatario.

Las declaraciones del republicano se producen meses después de que el Departamento de Justicia de Estados Unidos presentara cargos contra tres personas involucradas en un supuesto complot iraní para asesinarlo mientras estaba en campaña, un plan frustrado por el FBI.

Frente a estas acusaciones, el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Abbas Araqchi, negó cualquier implicación de Teherán en el supuesto intento de magnicidio.

Además de su advertencia, Trump reactivó su estrategia de "máxima presión" sobre Irán, reinstalando sanciones que buscan reducir a cero sus exportaciones de petróleo y bloquear cualquier intento del país persa de desarrollar un arma nuclear.

Previo a su reunión con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, Trump firmó un memorando presidencial que endurece nuevamente la política de Washington hacia Irán, retomando las medidas aplicadas durante su primera administración.

La hostilidad entre ambos países ha sido constante desde 2020, cuando Trump ordenó el ataque aéreo en el aeropuerto de Teherán que resultó en la muerte del general Qasem Soleimani, una acción que elevó aún más las tensiones en la región.

Con la nueva orden ejecutiva, Estados Unidos refuerza su política de mano dura contra Irán, buscando restringir su capacidad nuclear y cortar sus ingresos petroleros, mientras Trump insiste en que su país tiene derecho a impedir que Teherán venda crudo en los mercados internacionales.