Durante la reciente audiencia, su familia recurrió a un video generado con IA que replicaba su voz y rostro, y en el cual se le escuchaba leer una declaración de impacto.

“Creo en el perdón y en Dios que perdona. Siempre lo he hecho y lo sigo haciendo”, expresó el avatar digital de Pelkey, que también se dirigió a Horcasitas con un mensaje inesperadamente compasivo: “Quizá en otra vida podríamos haber sido amigos”.

El video, que también transmitía un mensaje esperanzador sobre el amor y la importancia de valorar la vida, sorprendió al juez del Tribunal Superior del Condado de Maricopa, Todd Lang, quien valoró la herramienta como un nuevo recurso emocional y comunicacional dentro del proceso judicial.

“Me encantó esa IA”, señaló el magistrado, y remarcó que el gesto decía mucho sobre la familia de la víctima, que pidió la pena máxima para el acusado.

Cerca de 50 personas entre familiares y allegados enviaron cartas al tribunal, en sintonía con el mensaje compartido en el video. Horcasitas, de 54 años, fue condenado a 10 años de prisión por homicidio involuntario.

Su defensa, encabezada por el abogado Jason Lamm, anunció poco después la intención de apelar el fallo y advirtió que el tribunal de segunda instancia podría considerar si el juez se apoyó indebidamente en el video de IA para dictar sentencia.

La idea del video surgió de Stacey Wales, hermana de la víctima, quien durante años imaginó cómo sería ese momento y qué diría Christopher si pudiera hablar. “Abordamos esto con ética y moral porque es una herramienta poderosa”, explicó a la BBC. Y comparó su uso con un martillo: “Puede romper una ventana o construir una casa. Nosotros elegimos construir”.

Christopher Pelkey había nacido en Poughkeepsie, Nueva York, pero residía en Arizona. Veterano de guerra con tres misiones en Irak y Afganistán, era activo en su comunidad religiosa y participaba en acciones misioneras tanto locales como internacionales.